17.10.08

60. Si mierda de mi casa tengo que quitar...

Aunque fueran unas palabras tenía que escribir, pues mi Ternurica y los ancianos del asilo, aunque solo fueran estos, se lo merecen. Podría decir eso de que la voz del pueblo ha hablado y yo acato su decisión, así que un nuevo post os presento.

Estoy inmerso últimamente en una espiral de obras y más obras. No sabía yo que preparar una casa para que sea acogedora para cuando me traslade me iba a llevar tantos quebraderos de cabeza. Eso que yo pensaba que lo más difícil sería comprarla.

Todavía no me he mudado y ya me doy cuenta de lo que se lleva una casa nueva… todos mis ahorros por un lado y por el otro, toda mi energía de tanta mierda que estoy barriendo.

Me tiré un verano de tienda en tienda buscando la oferta del mueble perfecto y me di cuenta de que rebajas en este sector poquitas y que la calidad-precio suele estar reñida. Más bien se paga con creces lo que se compra y eso que dicen que estamos en crisis, aunque estos de los muebles no se dan por enterados.

Ahora mientras espero que me los lleven a casa he empezado con la parte más dura, el trabajo que ensucia cada rincón, esquinas y paredes de mi futuro hogar. No hay lugar que no tenga una viruta de madera de la tarima que me han puesto. Paso la escoba como unas trescientas veces y no veo el final y cuando parece que la cosa comienza a clarear… entonces me llama el carpintero forra-armarios, como le voy a llamar yo, y vuelta a empezar el proceso. Deberían hacer máquinas cortadoras de madera que hicieran que el serrín se quedara dentro, algo parecido a uno de esos objetos que hace los agujeros a los folios para colocarles las anillas, luego siempre siempre se queda el papel en forma de circulo en un compartimento especial y luego solo hay que vaciarlo. Todo sería más rápido y sobretodo más limpio.

Cualquiera que vea mi brazo va a pensar que lo tengo como Nadal, aunque el mío no me da perras sino que me las quita. De esta experiencia podría inventarme el refrán de que “ si mierda de mi casa tengo que quitar, antes he tenido que pagar al que me la fue a ensuciar”.

El caso es que me paso el día limpiando. Hoy me toca quitar la mierda del carpintero para que mañana me pinten la pared y no parezca que le he echado el gotelé ahora que la pared lisa está tan de moda. Ya os contaré el resultado.