10.1.11

La noche de Reyes



El viernes me tocaba volver al curro pero con esto de la ley de paternidad voy a tener 13 días extras para disfrutar del peque, que uno luego comienza a currar y ya si te descuidas lo conoces con novia.

Pasaron los Reyes y este año he vuelto a sentir esa emoción que uno tenía cuando era pequeño. El día de Reyes era el día más glorioso de año. Madrugadas, movimiento por la casa, mis padres nerviosos, correteos con paquetes… todo mientras yo dormía. Esa mañana era un despertar diferente, uno se despierta temprano esperando ver como los Reyes habían pasado por casa a dejar los presentes. No podía empezar sin primero haber despertado a mis hermanos y padres para contemplar lo que Melchor, Gaspar y Baltazar habían dejado, eso si, bien que se habían bebido los vasos de agua los camellos y ellos el vínico con los dulces.

Uno va creciendo y el encanto de esa noche no cambia. Podremos hacer otras cosas, pero yo que tengo 30 años sigue queriendo levantarme a contemplar los regalos que me han dejado y ver la cara de mis hermanos, padres, cuñados, suegros, primos y a partir de este año, aunque solo sean días, contemplar como los Reyes le habían dejado a Pablo, pòr primera vez, su pequeño juguete.

Los Reyes se van, de vuelta al curro para casi todos y yo aquí en casa cambiando pañales. Ahora parece que el día tiene menos horas, cuando suspiras el crío está pidiendo otra vez comer. La bici apartadica, cuando vuelva a cogerla igual no sé ni pedalear, menos mal que por lo menos ayer pude jugar mi partidico de la liga de Molina. En cuanto tenga otro ratico, me pasaré por el blog para quién le interese.



No hay comentarios: