7.1.10

93. Despedida navideña


Con el nuevo año me he propuesto retomar el blog, aunque sea solo una vez por semana como mínimo. Tengo ganas de volver a escribir unas líneas semanales para contar lo que me plazca, colocar algunas fotografías de mis viajes o algún que otro video musical que me parezca interesante. Aire fresco para el círculo de mauri.
La Navidad ha pasado y como un vendaval me ha dejado secuelas severas, en el bolsillo y en el estómago. Aquí estoy en casa padeciendo una gastroenteritis vírica que apareció en la noche de reyes y que no me extrañaría que los camellos reales hubieran salido huyendo tras llegar a la puerta de mi casa y oír desde dentro el rugir de un león toda la noche. Hay que ver lo mal que lo pasa uno cuando en vez de dormir estoy con la cabeza dentro del retrete. Ha sido mi primer año sin roscón y sin despedida navideña.
Me había propuesto como todos los años un régimen tras la Navidad y esta vez se adelantó un día. No he tenido ese atracón a roscones familiares que comenzaba en la tarde del cinco y finalizaba el seis por noche, y si todavía sobraba un poco el siete por la mañana te quedaba para desayunar.
Este año sin roscón y con el vaciado de limpieza en el que me siento sumergido en mis primeras horas de régimen habré perdido un par de kilos, que no son mucho teniendo en cuenta los que me sobran, pero para ser un comienzo obligado no me viene mal.
Todavía tengo en mente que me merezco la despedida navideña que no he tenido y así dar la bienvenida al régimen como Dios manda, tiempo al tiempo.

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